jueves, 15 de marzo de 2012

PALABRAS DE AGRADECIMIENTO EN EL ACTO INSTITUCIONAL DEL CABILDO DE GRAN CANARIA PARA LA ENTREGA DE HONORES Y DISTINCIONES

Las Palmas de Gran Canaria, 15 de marzo de 2012 /Honores y Distinciones / Salvador Miranda Calderín (*)

Excelentísimo Sr. Presidente del Cabildo de Gran Canaria, dignísimas autoridades, señoras y señores:

Quiero agradecer, en primer lugar, en nombre de las instituciones, personalidades y compañeros que hemos sido agraciados con la concesión de estos honores y distinciones. Honores que recibimos con orgullo y con la responsabilidad que supone ser merecedores de ellos no solo en el presente, sino también en el futuro.

Agradecimiento que hacemos tanto a la Institución como a las personas que la rigen en la actualidad, máxime en un año tan especial como 2012, en el que se alcanzan los 100 años de la Ley que creó los Cabildos insulares, aunque no se constituyera el de Gran Canaria hasta marzo de 1913.

En segundo lugar, quisiera aprovechar la oportunidad que me brinda este acto para decir unas breves palabras en los campos de la Historia y Economía, en los que centro mi trabajador investigador, y que vertebro en torno a tres años: 1812, 1912 y 2012.

El primer año, 1812, significó esencialmente la ruptura con el Antiguo Régimen, representada por la constitución de las Cortes de Cádiz, y la apertura a los nuevos tiempos. A nivel regional supuso el inicio de la lucha por la capitalidad entre las dos islas hegemónicas.

Fue diputado por Gran Canaria a esas Cortes uno de los personajes hoy homenajeado a título póstumo: el cura Pedro Gordillo, quien un año después llegó a presidir la Cámara, y que no solo destacó por sus ideas liberales, abogando decididamente por la abolición de la Inquisición, sino que también propuso medidas económicas concretas para Canarias, como la habilitación de un puerto en cada isla para el comercio exterior, la libertad de construir salinas, el reparto de los terrenos baldíos, etc. Su interés se centraba en el Archipiélago, aunque a la hora de defender la capitalidad defendió a Gran Canaria sin tapujos y con vehemencia.

Cuenta de él el historiador Álvarez Rixo que era buen orador, con carácter activo y animoso, que empleó con eficacia en sostener los derechos y preheminencias de su Isla.

Estas características son también las que encontramos en las Instituciones y personas que represento en estas palabras de agradecimiento, ya que el carácter activo y animoso lo observamos en la Escuela Luján Pérez, la Asociación Protectora de Personas con Discapacidad Intelectual (Aprosu) y la Comisión Española de Ayuda al Refugiado CEAR Canarias, que han difundido con ahínco el arte, la protección al discapacitado y al refugiado durante muchos años.

La buena oratoria de la que hizo gala Gordillo en Las Cortes de Cádiz se convierte en sublime arte plástico en Manuel Millares Sall, en plácida narración infantil en James Krüss, en exquisito toque de balón en Germán Dévora Ceballos y en moldeada talla de barro en María Guerra Alonso.

En el campo económico y turístico, la eficacia de Gordillo se hace patente en las investigaciones en el campo de la economía de la salud de mi estimada profesora la catedrática Beatriz González López-Valcárcel, quien tanto ha aportado a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y en Estanislao Mañaricua Belacortu, emprendedor que introdujo el valor añadido de los spas en la moderna hostelería grancanaria, precisamente en unos años caracterizados por la crisis en el sector turístico.

A todos nos une el sentimiento del trabajo bien hecho y el amor por la tierra que nos vio nacer o que nos dio cobijo en nuestras aspiraciones diarias de superación. Valores que destacan en cualquier época y que actos como este nos ayuda a recordar.

El segundo año al que quiero referirme es 1912, y sobre él recuerdo que para la redacción de unos mis libros, concretamente, Las Fuentes de financiación del Cabildo de Gran Canaria, 1913-1945 (Las Palmas de Gran Canaria, 2005) analicé en las hemerotecas cuáles eran los temas que a nivel regional más se debatían en la sociedad canaria de hace cien años y que eran básicamente tres: la economía del plátano, amenazada con las importaciones masivas en Europa de bananos americanos, las pesquerías canario-africanas y los conflictos laborales en torno a los puertos principales. A nivel local, tanto el puerto como la promoción turística fueron los dos aspectos más destacados.

Vemos, pues, cómo cien años más tarde, los problemas económicos principales siguen siendo casi los mismos, si bien en la actualidad, después de vivir Canarias una de las épocas de mayor esplendor en su desarrollo económico, la crisis económica actual haga que el principal problema de la sociedad canaria sea la elevada tasa de paro, que supera ya el 30%, y la destrucción diaria de pequeñas empresas que no pueden continuar en la brecha por la caída general del consumo.

Es el largo plazo el que da perspectiva histórica al análisis de los problemas económicos, y en él comprobamos cómo las cíclicas crisis económicas del Archipiélago se han solucionado siempre desde el exterior, sin que la actualidad haya de ser una excepción: tanto el puerto como el turismo son los principales sectores de conexión con el exterior.

Y enlazo ya con el año actual, 2012, destacando que el hecho de que las crisis económicas pasadas se hayan solucionado desde el exterior no significa, ni mucho menos, que permanezcamos a la expectativa y de brazos cruzados, sino que hemos de agudizar nuestro ingenio, racionalizar nuestras estructuras económicas e incrementar nuestra productividad.

Para racionalizar nuestras estructuras abordamos en este año la reforma del Régimen Económico y Fiscal de Canarias (REFC) para el período 2014-2020, ya que hemos visto la poca operatividad de unos incentivos fiscales que priman la reinversión de los beneficios en una época de crisis en la que no se generan beneficios.

Pero no hemos de olvidar que también es necesaria otra reforma en el campo político y administrativo.

La Constitución de 1812 ya planteó la reforma administrativa de la provincia y los municipios, aunque poco duró; mientras que en 1912, con la creación de los nuevos Cabildos insulares, se superpuso entre la administración estatal y la local una nueva esfera político-administrativa: la de los Cabildos, los auténticos gobiernos insulares, que pugnaban en competencia con la “odiada” Diputación provincial, que lógicamente desapareció a los poco años.

Sin embargo, en el último cuarto del s. XX la España de las Autonomías superpuso en el Archipiélago una nueva esfera político-administrativa: la de la Comunidad Autónoma, sin que hayamos sabido compatibilizar y racionalizar adecuadamente las cuatro estructuras administrativas existentes en Canarias. Si queremos racionalizar nuestra economía, también hemos de hacerlo con nuestras administraciones y esferas de poder político, evitando que se solapen entre sí y abaratando el coste que representan para la sociedad.

Por último, felicito a mis compañeros en este acto y reitero mi agradecimiento al Cabildo y a su Presidente.

Muchas gracias.

(*) Roque Nublo de plata 2012 del Cabildo de Gran Canaria en el ámbito económico

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